Monday, March 01, 2004


A ELLA

Sólo le quedaba un día, tenía que decidirse. 24 horas exactamente que empezaban ya. A las 12 de la noche siguiente terminaba el plazo, y era definitivo. Entonces, sus párpados dejarían de acariciar los vidriosos globos de sus ojos. La última bocanada de aire atravesaría sus pulmones quemados y el motorcillo cansado de su corazón: - toc-toc- toc-toc... toc detendría su renqueante marcha. La compleja maquinaria de su cuerpo estaba a punto de detenerse para siempre.
y en ese instante fue consciente: la vida se le iba y de nada servia ya aferrarse al último aliento, asi que decidió no esperar más.


Pd: mi abuela se escapó el viernes pasado a los 91 años, 9+1=10, cifra redonda y perfecta. Ya está al otro lado. Me gusta pensar que fue capaz de saltar el charco oscuro de la muerte.